Cualquier reproducción total o parcial de este blog debe ser correctamente citada, incluyendo el nombre del autor y la dirección URL del artículo.
«Quien no conoce Estambul, no conoce el amor».
Yahya Kemal Beyatlı.
Comenta en este blog
Selamünaleyküm: No olvides dejar al final de cada artículo tu comentario para el autor de este humilde blog que acabas de leer. Tus opiniones serán tomadas en cuenta para mejorar el contenido en la forma y el fondo.
Si esperas respuesta a tu comentario, debes buscarla dentro de la misma sección del artículo que comentaste. Gracias. Selam.
Carlos Flores Arias – Yahya.
Escritor chileno.
Sobre Facebook
Por favor, si me agregas a Facebook, envíame un mensaje privado diciendo que has visto mi blog, para saber dónde me encontraste. De lo contrario, tu solicitud podría ser rechazada por seguridad. Muchas gracias por tu comprensión.
domingo, 31 de diciembre de 2017
lunes, 4 de diciembre de 2017
Los ilusionistas de redes sociales
Es
un hecho que si se desea hallar ególatras con insaciabilidad seductora, el
primer lugar donde se debe buscar son las redes sociales, llenas de gente
anónima que pretende hacerse famosa a costa de selfies y cuyo discurso es
prácticamente inexistente. No han hecho nada que merezca la pena destacarse,
pero quieren obtener reconocimiento por el número de seguidores que tienen,
aunque sean borregos sin opinión propia.
Sé
que el primer párrafo puede parecer muy desalentador, negativo y tal vez no
invita a la lectura, pero si ustedes se dan el tiempo, podrán comprobar si
tengo o no razón.
Les
expongo el caso de alguien a quien tuve agregado hace años habiéndole conocido
en un bingo organizado por la comunidad GLBTI y antes de viajar a Turquía lo
eliminé porque jamás me escribía ni comentaba mis publicaciones. Se supone que
si agregas a alguien le abres las puertas de tu vida y entonces no tenía tanta
gente en mi lista como ahora; hoy sin embargo, sé que de todos ellos muy pocos
pueden ser considerados amigos y menos aún tomando en cuenta cada perfil creado
dentro de distintas plataformas… Hay personas a quienes jamás conoceremos pero
les añadimos porque queremos ampliar nuestros horizontes o tal vez hasta cierto
punto, también nos gusta la idea de ser seguidos, alimentando el ego.
Recientemente
lo agregué por segunda vez porque ya habían transcurrido siete años y consideré
que quizás había sido demasiado severo antes. Elhamdülillah pareció ni siquiera
haber notado la eliminación de entre mis contactos o bien ni siquiera le
molestó, por lo cual creí posible un acercamiento y queriendo ser afable
comenté una publicación suya, sugiriéndole encontrarnos para conversar un café,
pero se me ocurrió la pésima idea de preguntarle qué ha hecho en este tiempo y
dónde estaba, suponiéndole en el extranjero por una foto que creí era alguna
playa caribeña. Además, en su perfil informaba que efectivamente procede del Caribe
y como si ello fuera poco, en su respuesta me comentaba que viaja anualmente a
Europa durante un mes.
Pese
a todo esto, mi suposición le ofendió tanto que me llamó la atención por
mensajería privada y en el muro. Habiéndole explicado los motivos para creerle
fuera y el propósito de reencontrarnos –insisto con un café–, pretendí ponerle
paños fríos a la situación y al contrario, siguió siendo hostil hasta que
finalmente, le envié un último mensaje para darle punto final y bloquearle. En sus
palabras, lo que realmente le ofendió fue mi desinformación… El no estar yo al
tanto de todo cuanto había hecho durante siete años y suponerle en el
extranjero, como si su trabajo fuese invisible. Debí aclararle entre otros
puntos que nunca pretendí ofenderle ni ser su seguidor –sino un amigo– y por lo
tanto, tampoco estaba obligado a seguirle los pasos durante este tiempo.
Cuando
volví de Turquía mucha gente creyó que me había quedado en Estambul pese a mi
diabetes y usar silla de ruedas entre otras limitaciones. Lejos de sentirme
ofendido y hacer un escándalo, vi que me creían capaz de llegar lejos sin
importar los problemas.
Hace
algunos meses acabé bloqueando a un turco residente en España, cuyo nombre no
importa porque más adelante encontré una segunda cuenta suya –que también
bloqueé– con un pseudónimo. Llamó mi atención entre otras razones por hablar
español, pero de todos mis comentarios sólo respondió uno en su muro y chateando,
le pregunté qué podía contarme de su vida; la respuesta «Soy un desgraciado igual que tú» me hizo eliminarle, no sin antes
borrar todos mis comentarios.
En
mi diario íntimo he puesto con fecha de hoy: « »
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Gracias por tu visita
Si llegaste a este blog y lo leíste, agradezco que me dedicaras un poco de tu tiempo.
Asimismo, te invito a dejarme tus comentarios, sugerencias, peticiones y críticas constructivas en los posts.
Por último, si te agradó, puedes añadir un vínculo de La Pluma Dorada en tu página web, blog, fotolog o espacio personal y así, colaborar al crecimiento de este humilde rincón. También te invito a convertirte en seguidor.
Espero tenerte de regreso; siempre serás bienvenido. Hasta pronto.
Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.
Asimismo, te invito a dejarme tus comentarios, sugerencias, peticiones y críticas constructivas en los posts.
Por último, si te agradó, puedes añadir un vínculo de La Pluma Dorada en tu página web, blog, fotolog o espacio personal y así, colaborar al crecimiento de este humilde rincón. También te invito a convertirte en seguidor.
Espero tenerte de regreso; siempre serás bienvenido. Hasta pronto.
Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.